Aunque apenas hace diez años que apareció en escena, ya lo podemos considerar un clásico, y por ello hoy lo recordaremos y hablaremos de él como si Mercedes Benz apenas lo acabase de lanzar.
Cuando el CLS 500 fue presentado en sociedad, la mayoría de los observadores que presenciaron su elegante cuerpo sintieron una atracción física inmediata y fuerte. Se trataba de un coche que no era posible dejar de mirar fijamente y al que es imposible resistir la tentación de deslizar las yemas de los dedos a lo largo de su suave y liza estructura y sentir el rojo brillante de sus luces traseras.
¿Es posible acariciar un coche y disfrutar de esa experiencia? Claro que sí. Para los que tuvimos la oportunidad de presenciar en su lanzamiento el Mercedes Benz CLS 500, eso fue una realidad. Es un sentimiento similar a la lujuria.
Pero no fue así para todos. Recuerdo que una mujer en una gasolinera, algunos días después de la presentación del coche, abordo a un conductor d un CLS 500 y le dijo con asombro “tu coche parece tener los topes caídos”. La respuesta parece ser tan impertinente como la pregunta: “si nunca has visto un mercedes Benz CLS 500 no hables de lo que no sabes”.
Y es que durante mucho tiempo, años diría yo, el CLS 500 fue un vehículo que despertaba emociones muy fuertes y contrarias, sobre todo debido a su estilo sorprendente. Los transeúntes que no podían ver sus insignias reveladoras de la marca, apenas se preguntaban “¿pero qué es eso?”. Algunos afirmaban que se trataba de un Rolls Royce y otros que era la última versión del Cadillac.
Pues Mercedes Benz lo definió en su momento como el primer Coupé de cuatro puertas del mundo. Por supuesto que la frase denota un esquema de marketing muy inteligente y que sin duda dio resultado, pero había mucho de cierto en ella.
Sin embargo, debido a que tiene cuatro puertas, el Mercedes Benz CLS 500, al menos para nuestras definiciones como especialistas es sin duda un sedán. Esto sin duda, no impide que el CLS 500 sea un competidor directo de sus semejantes de otras marcas de dos puertas como el BMW 645 Ci por ejemplo.
Pronto dedujimos que estábamos ante un coche precioso tanto por dentro como por fuera. Pero aún nos preguntábamos “¿Cómo se conduce?” Pues bien, como era de esperar de forma muy parecida a la Clase E, pero con un aire un poco más deportivo. Las ruedas grades con neumáticos más sustanciosos agarran el suelo con gran adherencia, lo cual represento en su momento una gran mejoría con respecto a sus antecesores y a sus hermanos de temporada como el CLK55 AMG.
Gran parte de la naturaleza deportiva del CLS, proviene de sensaciones que ocurren dentro de la cabina del piloto. Hace once años, no existía un coche más rápido y con mejor aspecto que el CLS 500. En su momento, muchos se preguntaron si valdría la pena tener un coche en el que era posible viajar tan rápido, que los transeúntes ni siquiera tendrían el tiempo suficiente para sentir envidia.
El CLS 500, cumple once años y ya es un clásico. En nuestros departamentos de autos de ocasión podrás encontrar algunos de ellos, en perfecto estado, y con la garantía de fábrica a la que hemos acostumbrado a nuestros clientes de coches usados. Si deseas vera algunos de ellos, ver precios o fichas técnicas solo debes pinchar aquí. Recuerda que nuestros coches usados y de ocasión, tienen los mismos beneficios, soporte y garantía de los vehículos nuevos.