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Clásicos. Mercedes Benz Pagoda: Cordero con piel de lobo.

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Cuando se trata de Mercedes, los clásicos resultan tan importantes como los nuevos modelos de temporada. Es más, algunos de ellos son considerados leyendas.

Rudolf Uhlenhautf, ingeniero alemán de Mercedes Benz, y piloto de prueba de la marca, realizó vueltas rápidas, dejando records que solo fueron superados años más tarde por pilotos profesionales. Uno de ellos, solo pudo ser superado por Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón de Fórmula 1, cuando corrió con los autos de la marca alemana.

Sin embargo, uno de los mayores logros del ingeniero Uhlenhaulf, lo llevo a cabo por fuera de la pista y fue la creación de tres modelos míticos de la marca Mercedes Benz: La W113, el 300 SL (ala de gaviota) y el 190 Sport SL, que rescató la reputación de Mercedes Benz en concursos y círculos sociales en todo el mundo.

Finalmente, el ingeniero diseño el coche que fuera bautizado con el nombre de 230 SL, que fue presentado en el salón del automóvil de Ginebra de 1963, destacando su elegancia y el diseño innovador: Una línea horizontal ancha, y una parrilla flanqueada por los faros verticales, terminando en un techo duro, extraíble, con una forma cóncava que recordaba vagamente el techo de los templos orientales.  Precisamente por ello, fue apodado por el público como Pagoda, y por ese nombre se le conoce, aún en nuestros días.

El hermoso techo aerodinámico fue un desastre, pero eso no molesto en nada a Mercedes Benz. El trágico accidente en Le Mans en 1955 (en el que murieron más de 80 personas) estaba aún en la mente de las personas, y por lo tanto el rendimiento no era una prioridad ni una obsesión en la industria de la automoción.

Con un peso de 1.360 Kg, el Pagoda, tardo 11.1 segundos en alcanzar los cien kilómetros por hora, partiendo desde cero. Alcanzó una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora, impulsado por un motor de seis cilindros en línea de 2.3 litros y 150 Caballos de fuerza.   Aunque no era un auto lento, tampoco era lo que llamaríamos un bólido, pero la velocidad alcanzada era suficiente para desfilar por las calles disfrutan del placer de ver y ser visto.

Además de la comodidad, la velocidad, el diseño y el estilo, estaba el glamour que el coche obtuvo al ser el vehículo escogido por actores como Charlton Heston, Sophia Loren, el músico John Lennon y el conductor Stirling Moss.

El cuerpo del Pagoda, fue derivado de grandes cupés W111, que fuera el primer deportivo del mundo con la supervivencia celular y zonas de deformación programada.

Aunque el pagoda no tenía rivales directos, se le comparó con el Jaguar E-Type, el Chevrolet Corvette y el Porsche 911. El Pagoda era más lento y más caro que los tres, pero ninguno ofrecía la misma calidad, la misma fuerza y el mismo glamour.

El rendimiento del Pagoda mejoraría en 1967, con un motor 2.5 litro. Rebautizado 250 SL. El coche mantiene los 150 CV, pero el par se incrementó de 20 a 22. A finales del 67, el motor cambio a 2.8 y el coche se llamó 280 SL, alcanzando los 170 caballos de fuerza, lo que hizo que explotará mejor los neumáticos radiales y mantuvieses altas velocidades durante horas.

Los acabados excepcionales fueron una de las razones para el alto precio. Otra razón, fue que la demanda siempre fue superior a la capacidad de producción. Al día de hoy, el Pagoda es un clásico de Mercedes Benz, y del mundo del automovilismo en general.

Aún no es tarde para que tengas una verdadera joya de la industria automotriz. El Pagoda, puede estar disponible en alguno de nuestros concesionarios. Si lo quieres verificar, solo debes pinchar aquí.

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